sábado, 20 de septiembre de 2008

LA MUJER DEL BILLAR AUTOMÁTICO.

LA MUJER DEL BILLAR AUTOMÁTICO

Recelaba de mí mismo, era una antigua pesadilla. Me desprendí de mi caparazón de plástico que tanto me pesaba, ese que sentía que no me dejaba pensar. Controlaba las calles, sus pasadizos y misterios. Cada cuarto de hora fumaba un cigarrillo, la nicotina estaba en mi mente y hacía que pensara más rápido. Me deslicé como un insecto por una galería hasta el bar más cercano, en la máquina de billar automático había una pasión rubia y yo siempre había preferido a las morenas. Ya me disponía a ignorarla cuando me preguntó si quería echar una partida al billar automático. Echamos una moneda y la máquina se puso a jugar sin nosotros mientras nosotros pensábamos las jugadas. Ella era una belleza ruda e indescriptible, me dijo que se llamaba Gracia. A las dos horas estábamos bailando agarrados, yo la agarraba a ella de la cintura y la frotaba contra mi cuerpo. La máquina ya pensaba las jugadas por nosotros y jugaba sola. Deslicé mi mano hacia su rodilla y la sentí tibia y dura, era toda una experiencia. Me gustaba rozarme contra su cuerpo. Había una extraña perfección en todo lo que hacía. Miré en sus ojos el reflejo de un colibrí y ella abrió una mano donde tenía una mariposa. Dije algo sobre una herida de mi cuerpo que ya no me dolía y que era mentira, no resultó. Salimos a la calle y estaba lloviendo en la India pero como no estábamos en la India no nos mojamos. Era un encuentro perfecto y yo sentía que el Dios del cosmos me daría todo lo disponible para sobrevivir y que nunca tendría que preocuparme por nada. Vivía con una total despreocupación porque era algo que había aprendido de mis antepasados que nunca vivieron angustiados. Ella me besó la mejilla y parecía simplemente dispuesta a que la diera otro beso más. Levanté mi mano y la posé en su cabeza, sentí el calor de su pelo al instante. Había conocido lo que era el amor muchas veces pero por esa mujer yo sentía cosas nuevas.
Me ofrecía a llevarla a casa a escuchar canciones románticas

No hay comentarios: